Los piropos en español
Los piropos a las mujeres en España hoy en día se ven como un comportamiento machista, porque da importancia sobre cualidades físicas de la mujer y esto es considerado por algunas personas como una falta de respeto hacia ellas.
Esto puede ser verdad, pero otras muchas personas no están de acuerdo. La gracia del piropo depende mucho del tipo que se diga, si es educado, sin faltar al respeto, gracioso, ingenioso, en el momento adecuado… Es decir, utilizar el sentido común, que lamentablemente es el menos común de los sentidos.
Tradicionalmente los españoles, especialmente los albañiles, hemos usado este recurso para llamar la atención de la chicas con humor e ingenio, además de hacer sentirlas bien… Es decir, para ligar. Pero debido a estos tiempos de lo «politicamente correcto», ahora pueden llamar «machista» a un hombre que utilice este recurso.
Que te regalen los oídos (que alguien te diga cumplidos o halagos) siempre es agradable, pero siempre con buen gusto y educación.
Aquí tenéis unos ejemplos de este tipo de piropos:
- ¡Guapa! Que cuando pasas por aquí sale el sol aunque sea de noche.
- Dime cómo te llamas y así le podré poner nombre a mis sueños.
- Quisiera ser gato para pasar 7 vidas a tu lado (en España se dice que los gatos tienen siete vidas).
- ¡Quién fuera bizco para verte dos veces!
- Si la belleza fuera un instante, tú serías la eternidad.
- Si la belleza pagase impuestos, estarías arruinada.
Piropos más brutos y menos delicados:
- Eso es carne y no lo que mi madre echa en el puchero: cuando quieres alabar el físico de una mujer comparándola con el sabor que tiene la carne en una comida española, el puchero.
- Si tú fueras mi madre, mi padre dormiría en el sofá: situación ficticia en la que se piropea a una mujer adulta y madura.
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